LLAMA EN MANOS DEL CENTINELA
Los miembros de la familia Febres Cordero Troconis tenían particularidades que demuestran delicadeza de espíritu y exquisito don fraterno. Al leer el siguiente texto que ellos quisieron plasmar en una tarjeta para ser repartida entre los familiares, comprendemos su altura y sutileza de vida espiritual. La tarjeta menciona el número de hijos y nietos, existentes para 1902, del matrimonio entre el Dr. Foción Francisco Febres Cordero y Doña Georgina Troconis y es un presente obsequiado al Doctor Foción Francisco el día de su onomástico. Escribimos en negrilla los nombres de los hijos del matrimonio Febres Cordero Troconis: RECUERDO DE FAMILIA LA EDAD DE CRISTO Por una feliz coincidencia el número de hijos y nietos existentes del Dr. FOCIÓN FEBRES CORDERO y GEORGINA TROCONIS, representa la edad de Cristo, número bendecido y que, por la gracia del Señor, esperamos sea propicio para todos y, en particular, para el querido y venerado jefe de esta numerosa familia, que hoy, 4 de Octubre de 1902, le festeja íntimamente el día de su santo.
NÓMINA I. Foción y Cenobia, con sus hijos Carlos, Cenobia y Foción Francisco.
II. Tulio y Teresa, con sus hijos Ana, María Teresa, Tulio Antonio, Jesús, Mercedes y José Rafael.
III. Georgina, Madre Superiora de las H.H. de la Caridad de Santa Rosa.
IV. Bartolomé y Ernestina, con sus hijos José, Raúl, Pedro Rafael, Manuel y Atilio José.
V. Bartolomé y Ernestina, con sus hijos José, Raúl, Pedro Rafael, Manuel y Atilio José.
VI. Dolores, viuda de José Rafael, residente en Caracas.
VII. Fabio e Isabel, con su hijo Fabio Emilio.
VIII. Gabriel, al presente en Rubio.
IX Antonio Y Miguel Gemelos
X. María del Rosario
Mérida, 4 de Octubre, 1902 (Documento que reposa en el Archivo de la Congregación)
Como una llama llevada en mano por un centinela se nos muestra la figura de Don Foción Febres Cordero Díaz Viana. Extensos y muy sentidos fueron los reconocimientos que le tributaron sus familiares y amigos en la hora de su fallecimiento acaecido el 15 de abril de 1911. Este modelo de padre ejemplar fue honrado con palabras elocuentes que denotan el aprecio no sólo de su núcleo familiar sino de toda la sociedad emeritense de la época. Una nota de duelo fechada 30 de abril de 1911, nos señala: La muerte de este eminente jurisconsulto es motivo de duelo para la patria y para el foro venezolano. No solamente su honorable familia que él levantó a la sombra de su ejemplo con la austeridad de los patriarcas bíblicos; la sociedad merideña, en cuyo seno ejerció alta representación de cultura y de virtud, y el foro, del cual fue en su época una de las más culminantes figuras, sufren hoy la honda pena de su eterna desaparición. Ella ha producido también dolorosa impresión entre las generaciones que desfilaron por delante de su cátedra de civilizador y de maestro; especialmente entre los abogados andinos, para quienes tuvo el Ilustre extinto la noble dualidad de instructor y amigo, en las aulas universitarias, en la lucha azarosa de la profesión y en las fecundas labores del estudio. El tiempo fue Orlando su cabeza con el brillo de los años y la aureola de los merecimientos, y ahora, ya muerto, nimba de nuevo su nombre y su memoria, como en una irradiación de orto, la celebridad que conquistan la inteligencia bien encaminada y las virtudes preclaras. La justicia póstuma le rendirá el culto que se merecen los benefactores de la humanidad. Y en el seno de sus discípulos y amigos, en donde la gratitud y el afecto le han erigido altar de admiración, tendrá también aquel sabio eximio, apóstol del Derecho, la oblación del recuerdo y el constante homenaje de respeto a su memoria esclarecida. (Documento que reposa en el Archivo de la Congregación) Ante todas estas palabras, la familia responde con inmensa gratitud, en unidad de voces y en un mismo sentir, se sienten consolados por haber sido formados por esta figura heroica y de recia virtud, que fue su padre, el patriarca de la familia como ellos le llamaron.
Como testimonio elocuente de la calidad fraterna que existía entre los hermanos Febres Cordero Troconis, trascribimos a continuación algunos textos de una hermosa carta escrita por la Madre Georgina a su hermano Antonio con fecha 5 de noviembre de 1922. Antonio se encontraba en la ciudad de Caracas para esta fecha. Mi muy querido hermanito Antonio: Mucho lamento el que se me dificulte tanto la escritura por no poderte escribir con más frecuencia como lo deseo, y esto, aunque tú no me correspondieras con puntualidad por tus muchas y continuas ocupaciones, pero yo ofrecería esto a Nuestro Señor, por aliviarte un tanto la ausencia, recibiendo cartas de tus hermanitos. Recibí la carta que trajo el Padre Mejía y con ella, el pañuelo para Tulio y los dos billetes destinados para Tulio y para mí, Dios Nuestros Señor te pague y aumente para compensar de algún modo esa vida de sacrificio que has llevado siempre, y que pronto puedas llevar a cabo, el de vivir en un hogar tan tranquilo como lo fue, el de la Pensylvania merideña. Mucho me he alegrado del resultado del viaje del fiel e inmejorable Dr. Mejía. Nuestro Señor lo ha premiado concediéndole lo que él tanto deseaba para esplendor de su amada esposa la Catedral (como él la llama) como también para Mérida. Sí, Dios Nuestro Señor lo ha premiado porque también lo ha sometido a duras pruebas y él las ha soportado resignado; todavía no lo he visto, porque como es natural las visitas son muchas y estoy dejando pasar el torbellino… He tenido el gusto de sembrar en el solar de la “Quinta Manzanares” tres matas de algodón, coger las motas, hilarlas y después tejer las medias que hoy uso, he hecho ya tres pares, porque el artículo medias negras era aquí un solo perder dinero, sumamente falsas. Las tejo blancas y después las tiño de negro. Mi intención fue hacerte las primeras para ti, pero como tú estás en el riñón de la capital, mi pobre ofrenda sería demasiado rústica para usarlas allá, sin perjuicio que al perfeccionarse la obra iría la muestra para el propietario de la quinta. Nosotros tampoco olvidamos la agradable temporada que pasamos en Pensylvania, la Hermana Catalina dice con frecuencia, “se fue Antonio y se acabaron las contemplaciones de nosotras”. Sólo un día que íbamos para El Llano muy cansaditas y recordando la Hermana, cuando pasábamos por allí en carro dijo: “Señor, qué te cuesta darnos un carrito que vamos tan cansadas” y acabando de decir esto, suena el camión y se para, nosotras nos pusimos a un lado para dejarlo pasar, pero el chofer nos dice “hermanitas ¿para dónde van?” “a la alcabala” le contesté yo, “pues hagan el favor de subir que las llevaré con mucho gusto”. Como el joven me prestó garantías por su porte fino y respetuoso, acepté comprendiendo que Nuestro Señor había oído a la Hermana Catalina. Lo que más necesito ahora es un hábito de merino, porque el que tengo se parece algo a los vestidos de Ché y aquí no se consigue tela como para hábito sino telas para trajes de seglares; cuanto traen lo consumen los sacerdotes para sotanas y manteles. De Caracas me trajo Miguel una correa que me gustó mucho por la comodidad de la hebilla. Ve si me puedes conseguir una y Nuestro Señor te pagará todo. El merino son ocho varas si tiene una vara de ancho. Ya no alcanza ni el papel ni el tiempo. La Hermana Catalina retorna tu saludo; en otro ratico te haré otras letricas. Te abraza y pide sin cesar por ti tu pobre hermanita. Madre Georgina del Corazón de Jesús.
La sencillez y la humildad se evidencian en estas palabras. Aclaramos algunos términos y nombres que tal vez resulten extraños en el texto leído:
❖ el Padre Mejía: el Director espiritual de la Madre Georgina desde antes de la fundación de la Congregación.
❖ Tulio: Don Tulio Febres Cordero, eminente escritor merideño, hermano de la Madre Georgina.
❖ Pensylvania merideña: No se ha ubicado este lugar, puede tratarse de una analogía con la Pensylvania estadounidense, en auge para la época.
❖ Quinta Manzanares: lugar en Mérida, no ubicado exactamente.
❖ Merino: lana fina
❖ Ché: indigente que deambulaba por las calles de la Mérida de aquel entonces.
❖ Vara: medida equivalente a 83 centímetros aproximadamente Es de destacar la familiaridad de trato entre los hermanos, el respeto y el amor que transmiten estas expresiones. Ubicamos en este contexto a Monseñor Clemente Mejía, Director espiritual de la Madre Georgina, el cual es distinguido como fiel e inmejorable. La sencillez en que se narran los sucesos de la vida diaria nos deleitan y nos acercan a ese carácter amable, cordial y hasta jocoso de la vida de nuestra Fundadora
LLAMA ENCENDIDA EN MEDIO DE LA ADVERSIDAD.
Creemos importante resaltar un suceso que trajo pobreza y sufrimiento a esta región merideña y que la joven hermana Georgina debió enfrentar con fortaleza y valentía, estando ella para la época en el antiguo Hospital San Juan de Dios, regentado por las Hermanas de la Caridad de Santa Ana. En esta época de guerras internas y de pobreza extrema, se produjo el terremoto del 28 de abril de 1894, suceso que generó pérdidas humanas y materiales incalculables. La carencia de recursos y la impotencia delas autoridades agudizó la situación presentada De allí surgieron los votos de los cabildos y vecinos de Mérida, Tovar y Torondoy, de celebrar cada año en el aniversario del terremoto, un Tedeum o misa. En el caso de la ciudad de Mérida, después del terremoto se consagró la ciudad al Corazón de Jesús. Este fenómeno natural afectó notablemente el periodo en que comienza la experiencia vocacional que llevará a Georgina Febres Cordero a la Fundación de la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Rosa de Lima, por medio de la cual ayudará a buscar remedio a tantas necesidades que afectaban a la población merideña. (Juan de Dios Peña Rojas, Conociendo la época Fundacional)
Nos vamos acercando a la vida vocacional de la Sierva de Dios Madre Georgina Febres Cordero Troconis. Con gran agrado les invitamos a permanecer atentos a la resonancia de estos escritos presentados. En cada uno de nosotros debe repercutir la experiencia interior de los personajes que en este trabajo hemos presentado. Que todo lo que Dios coloque en nuestros corazones nos acerque más a la vivencia cercana de la virtud de nuestra Fundadora y a su deseo de transmitir a Jesucristo a todos aquellos con quienes a diario convivimos. Apreciados lectores, con esta entrega hemos avanzado un poco más en el contexto de vida de la Sierva de Dios Madre Georgina Febres Cordero Troconis. Son muchísimas las implicaciones que, desde la política, la economía, la sociología, la medicina… se asociaron a la presencia de nuestra Madre Fundadora. Su vivencia de fecundidad espiritual pasó por el tamiz del sufrimiento, de la pobreza, de la constatación de la miseria ajena. Ella supo contemplar con compasión, como lo hicieron su padre y sus hermanos, eminentes historiadores, el cuadro de decadencia de una Venezuela menguada. En la Madre Georgina todo esto se hizo “misericordia” como fruto de la cercanía constante con Jesucristo, quien suscitó en su mente y corazón la respuesta personal para las necesidades apremiantes de esta difícil época histórica. Sor Zulay Pernía Hernández, O.P. Mérida, 13 de febrero de 2023-
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