Carisma congregacional de las Hermanas dominicas desanta Rosa de Lima
SERVICIO DE EVANGELIZACIÒN A LOS POBRES REALIZADO CON ALEGRIA, SENCILLEZ, VALENTIA, FRATERNIDAD Y MISERICORDIA FUNDAMENTADO EN LA VIDA Y EN LA CONTEMPLACIÒN QUE NOS LLEVA A DESCUBRIR LA VERDAD DE DIOS Y LA PERSONA HUMANA MEDIANTE EL ESTUDIO, LA MEDITACIÒN Y LA ORACIÒN SIGUIENDO EL ESTILO DE VIDA DE JESÙS DEFINIDAS EN LAS BIENAVENTURANZAS
Evangelio significa buena nueva o mensaje de alegría de la palabra de Dios. El evangelizador es el mensajero de esta buena noticia que Dios a través de la historia de la salvación ha dejado los hombres para que le conozcan y conociéndole le amen y le adoren.
Este anuncio evangelizador se da en un espacio y tiempo para los hombres de todas las épocas y todas las razas. Con la venida de nuestro señor Jesucristo se restaura la alianza que el hombre por desobediencia había roto.
Este anuncio Dios utilizó a los hombres y mujeres de la época a través de los siglos hasta nuestros días.
Desde el primer momento, los discípulos desearon ardientemente anunciar a Cristo, a fin de llevar a todos los hombres a la fe en Él. También hoy en el deseo de evangelizar y catequizar, es decir de revelar en la persona de Cristo todo el designio de Dios, y de poner a la humanidad en comunión con Jesús, nace de este conocimiento amoroso de Cristo. (Catecismo de la Iglesia Católica Nº 80 Pág. 36)
Desde tiempo antiguo los profetas y patriarcas dieron y predicaron el amor de Dios a todos los hombres hasta la llegada de Nuestro Señor Jesucristo. Con nuestro señor Jesucristo se selló la alianza entre Dios y los hombres y escogió doce hombres para llevar al mundo su palabra. “Id pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padres, del Hijo y del Espíritu Santo “Mt 28, 19.
Esta es la orden dada por Jesucristo de misionar a todas las personas para que lleguen al pleno conocimiento de Dios siguiendo la misma orden de Dios que ha sido dado a los apóstoles en el anuncio del gran kerigma (Cristo ha muerto por nuestros pecados Cristo resucitó para salvarnos) de nuestra fe, utilizando las herramientas y estrategias de su época, ahora la responsabilidad es para nosotros en el pleno siglo XXI en el carisma que nos dejo nuestro padre Santo Domingo.
Nuestro trabajo misionero se centra en la predicación, en la humildad, pobreza y sencillez de nuestras vidas, para el servicio a los más necesitados; en las áreas de educación, salud, casas para huérfanos, adultos mayores, tierras indígenas vicarias.
Evangelio significa buena nueva o mensaje de alegría de la palabra de Dios. El evangelizador es el mensajero de esta buena noticia que Dios a través de la historia de la salvación ha dejado los hombres para que le conozcan y conociéndole le amen y le adoren.
Este anuncio evangelizador se da en un espacio y tiempo para los hombres de todas las épocas y todas las razas. Con la venida de nuestro señor Jesucristo se restaura la alianza que el hombre por desobediencia había roto.
Este anuncio Dios utilizó a los hombres y mujeres de la época a través de los siglos hasta nuestros días.
Desde el primer momento, los discípulos desearon ardientemente anunciar a Cristo, a fin de llevar a todos los hombres a la fe en Él. También hoy en el deseo de evangelizar y catequizar, es decir de revelar en la persona de Cristo todo el designio de Dios, y de poner a la humanidad en comunión con Jesús, nace de este conocimiento amoroso de Cristo. (Catecismo de la Iglesia Católica Nº 80 Pág. 36)
Desde tiempo antiguo los profetas y patriarcas dieron y predicaron el amor de Dios a todos los hombres hasta la llegada de Nuestro Señor Jesucristo. Con nuestro señor Jesucristo se selló la alianza entre Dios y los hombres y escogió doce hombres para llevar al mundo su palabra. “Id pues, y haced discípulos a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padres, del Hijo y del Espíritu Santo “Mt 28, 19.
Esta es la orden dada por Jesucristo de misionar a todas las personas para que lleguen al pleno conocimiento de Dios siguiendo la misma orden de Dios que ha sido dado a los apóstoles en el anuncio del gran kerigma (Cristo ha muerto por nuestros pecados Cristo resucitó para salvarnos) de nuestra fe, utilizando las herramientas y estrategias de su época, ahora la responsabilidad es para nosotros en el pleno siglo XXI en el carisma que nos dejo nuestro padre Santo Domingo.
Nuestro trabajo misionero se centra en la predicación, en la humildad, pobreza y sencillez de nuestras vidas, para el servicio a los más necesitados; en las áreas de educación, salud, casas para huérfanos, adultos mayores, tierras indígenas vicarias.
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